julio 20, 2009

Pensando...





Dialogando consigo misma frente al mar, con la mirada perdida, absorta en sus pensamientos...
Fueron pasando las horas lentamente hasta el anochecer, se quedò allì sola, sentada en la orilla, las olas se mecìan sobre sus pies y reflexionaba sobre la conversaciòn que habìa mantenido el dìa anterior con su amiga...

Entre risas y alguna que otra làgrima disfrazada, habìan hablado sobre sus sueños, lo extraño de lo cotidiano, lo difìcil en ocasiones de las relacioes personales, especialmente esto ùltimo habia dado largo debate entre ambas...

¿Porque las personas se mostraban con màscaras?
Como si de personajes de ciencia ficciòn se tratase, las personas a veces adoptan personalidades extrañas, se esconden tras rostros que no les pertenecen...desempeñando roles que no les son propios, fruto de lo aprendido , de como deben ser las cosas...

Eso ùltimo era lo que màs la martilleaba, el como deben ser las cosas... siempre habìa creido , que cada cuàl pede elegir su destino, que lo correcto es aquello que realmente te hace feliz, pero el tiempo le habìa ido descubriendo que eso no era màs que una fàbula... que todo eran condicionamientos, y que como antaño... se solicitaba sumisiòn...

Ella era un espirìtu inconformista, con sueños... desafiante...y la palabra sumisiòn, no aparecìa en su diccionario...

Cada vez caìa màs la noche, pero le daba igual... al volver a casa, sabìa que no habrìa nadie esperandola, pondrìa mùsica al llegar... amaba la mùsica con toda su alma, quizà unos sonidos que la hicieran evocar paisajes en el desierto, las dunas, piràmides, la suave brisa de la noche... la bùsqueda de lugares perdidos, en los que desaparecer y no volver jamàs...

Un pequeño momento màgico, que traslada en el tiempo y lugar...
La suave brisa y sòlo se escucha un leve susurro...
shh, silencio.. se sueña...

Escuchando Wings of Gabriel de Arcana


Wings



julio 02, 2009

El cofre de los sueños...


Era un cofre muy especial, y habìa permanecido cerrado durante mucho tiempo.. tanto, que pràcticamente no recordaba lo que habìa guardado en su interior.
Durante mucho se habìa negado a volverlo a abrir, con burdas excusas enmascaraba sus miedos...aquél pequeño cofre, contenìa secretos, ilusiones, sueños...
Siempre le habìan resultado misteriosos y enigmàticos los cofres, ¿ què serìa lo que guardaban en su interior? siempre cerrados con llave, y esta cuidadosamente guardada, de manera que se pudiera tener la certeza de que nadie los abrirìa...
Timìdamente se acercò a la estanterìa dònde habìa permanecido guardado , le gustaba observarlo con frecuencia, era pequeño, de madera tallada, lo habìa encontrado en una pequeña tienda de antigüedades, cuàndo lo viò por primera vez , lo sostuvo entre sus manos imaginando las miles de historias que quizà aquèl pequeño objeto podrìa explicar.
Era de sàndalo y todavìa, aunque levemente, mantenìa su agradable olor...le gustaba mantenerlo entre sus manos y contemplarlo durante largo rato... y mientras, forjaba entorno al mismo sus sueños, a veces sonreìa al hacerlo y en otras ocasiones, derramaba làgrimas...
Muchas veces temiò abrirlo , sabìa que en su interior habìa aquello que no se puede enmascarar y que todo el mundo teme, aquello que todos dicen anhelar pero que no se atreven a mirar, aquello que no tiene rèplica, ya que ni siquiera dos gotas de agua son iguales...
Lo volviò abrir, y sonriò ante lo estùpido de su miedo... era algo simbòlico, fràgil...
Y eso fue, todo lo que encontrò...
La bùsqueda del ser humano es como un pequeño cofre que teme abrir, a veces a travès de caminos espantosos , que lo llenan de miedo y terror, lo angustian en extremo , desconociendo plenamente a donde le han de conducir finalmente, y luego todo es simple y sencillo, entonces el miedo se desvanece...

mayo 02, 2009

El reloj


Bajò poco despuès al salòn, su familia como de costumbre, ya habìa empezado a cenar... sin esperarla, de manera y que como habitualmente, su plato estaba frìo...
Frìo... como el ambiente de toda la casa, aquellos rostros sin expresiòn de cada uno de los habitantes de la casa, los sentìa extraños, totalmente ajenos a ella...
De todos modos, era consciente de que estaba allì por absoluta obligaciòn, no les habìa quedado otra alternativa que acogerla, tras fallecer su madre.
Nunca sintiò el cariño de sus parientes.
Sentada los miraba en silencio, estaba prohibido el dialògo al comer..., nadie pronunciaba jamàs una sola palabra, solamente engullìan con avidez.
Solamente se escuchaba el sonido del reloj, de aquèl viejo reloj de pared...
Era de madera, de un tono rojizo, hacìa unos dias se habìa roto el pequeño cristal que cubrìa las agujas, y eso le daba un toque aùn màs especial, lo hacìa màs viejo, cuàntas historias podrìa contar aquèl reloj, cuàntas conversaciones debìa haber escuchado desde su màs estricto silencio.
Mirò a su abuela de reojo, siempre tenìa el rostro malhumorado, no recordaba haberla visto sonreir nunca...
Ella le devolviò la mirada, no sin cierto desdèn, casi un reproche silente.
Bajò la vista, cogiò de nuevo el tenedor y terminò de cenar, la misma rutina de cada dìa...
Se retirò del salòn con un tìmido buenas noches...
De nuevo en su habitaciòn, empezò a notar con màs fuerza un malestar que la acompañaba desde que habìa llegado a casa, sentìa escalofrìos y un ligero mareo.
Se tumbò sobre la cama sin deshacerla, y empezò a notar un sudor frìo, los escalofrìos iban en aumento y no habìa nadie que la escuchara.
Aunque ella permanecìa quieta, todo daba vueltas a su alrededor, le costaba respirar... y ya no podìa articular ningùn sonido, sintiò que se sumergìa en una espiral centelleante y su respiraciòn se empezò a normalizar.
Empezò a caminar en un sueño, atravesando un pasillo en el que le costaba ver con dificultad su final, no entendìa porque... habìa una densa niebla y otros rostros que le eran desconocidos, y sintiò una cierta inquietud, hasta que la viò a ella, allì estaba esperandola sonriente... y se fundieron en un abrazo...
A la mañana siguiente, permanecìa rìgida sobre la cama, pàlida, frìa...
No despertò, nunca màs lo harìa...


Wings

abril 13, 2009

De regreso a casa...


Se habìa hecho demasiado tarde, casi no recordaba el camino de vuelta...
Empezaba a escuchar los sonidos del anochecer, continuaba lloviendo, pero no abriò el paraguas...de esa manera las làgrimas, se podòan confundir fàcilemnte con la lluvia, y si encontraba a alguièn en el camino de regreso a casa, nadie se darìa cuenta...
Durante el camino , añorò ese pequeño mundo de fantasìa que habìa creado pocos momentos atràs, un mundo perfecto, con los seres que su madre le habìa enseñado que existìan...
En aquèl sueño, habìa llegado a una fuente màgica, dònde el mundo de los sueños y la realidad convergen y nada es imposible...
Recordò el susurro del viento, las gotas resbalando sobre su rostro, la danza... el silencio del bosque, la quietud en la mirada, la sonrisa que procedìa de su alma...
Se encontrò una a una anciana, de aspecto desaliñado, con un abrigo verde y canas, que no se habìa molestado en teñir...portaba en su regazo unas plantas, segùn la explicò despuès las habìa comprado aquèl mismo dìa, porque le gustaba sentir a la naturaleza cerca...
Le preguntò si se había perdido , era demasido tarde para que alguien de su edad caminase sola , le dijo que el bosque no era seguro para una niña tan pequeña..
Astrid, ese era su nombre, mirò hacia el suelo... sintiò una extraña incomodidad ante las afirmaciones de la anciana, casi no pudo hablar, derramò una làgrima... y balbuceò...
- En realidad no lo sè..., he estado caminando toda la tarde, lleguè al bosque y ahora vuelvo a casa...
La anciana, parecìa afable, tenìa una dulce mirada, y su tono de voz no era de reprimenda sino de advertencia, tenìa el rostro arrugado, pero poseìa una extraña belleza...
Parecìa una extraña hada, de las que leìa en los cuentos, de las que concedìan deseos, aunque con sus limitaciones...
Tras una amena charla, Astrid prosiguiò su camino...
Conforme intentaba regresar, se diò cuenta de lo mucho que habìa caminado aquella tarde, se hacìan interminables las curvas, las cuestas...
Despuès de un largo camino, finalmente llegò a casa, y allì estaban esperandola...
El ambiente era frìo, como de costumbre...
El reloj de la pared marcaba las 9, no era excesivamente tarde, nadie habìa notado su ausencia, a pesar de que tan sòlo tenìa 9 años...
La mirada frìa preguntando... ¿dònde has estado?
-Paseando..., eso fue todo lo que pudo responder
- Estàs empapada... ¿porque te has mojado tanto?
- Se estropeò el paraguas y no lo pude volver a abrir..., sin embargo en su silencio , en las palabras que callaba, estaba la agradable sensaciòn de la lluvia sobre el rostro...
Se dirigiò hacia su dormitorio, pensò en cambiarse antes de cenar, necesitaba ropa limpia y seca, quizà un buen baño no la sentarìa nada mal...
Llegò a su habitaciòn y mirò la imagen de su madre, era tan bonita... su cabello claro, aquellos ojos que siempre la habìan mirado con cariño, recordaba su voz diciendola un te quiero antes de dormir..., aquèl beso en la mejilla para darle las buenas noches.
Sin embargo, ahora todo era diferente, desde que ella habìa partido, extrañaba tristemente su ausencia...
Intentò acariciar tristemente aquèl frìo cristal, que contenìa su imagen... y nuevamente, brotaron las lagrimas...
En una explosiòn de rabia, lo lanzò contra su cama...
Se sentò en el suelo y sintiò una vez màs, como su mundo se derrumbaba, como el ser que màs amaba no estaba a su lado , cuàndo màs lo necesitaba, y el grito que pedìa salir de su garganta, quedò ahogado en un mudo silencio.
De repente, picaron a su puerta, era una voz frìa que le decìa..
- Ya tienes la cena en la mesa
Disimulando su llanto, respondiò timidamente...
-Ahora voy, enseguida me cambio...
Wings

abril 12, 2009

Adentrandose en el bosque


Se escuchan pasos...
Prefiero no girar la vista, pensò la pequeña... llevaba horas caminando sin saber hacia dònde, la lluvia era incesante, y su ùnica compañìa, la de algunas hojas que se arremolinaban bajo la lluvia .
Habìa caminado durante toda la tarde, poco a poco se adentrò en el bosque, sin ni siquiera saber como...
Su madre le habìa contado pequeñas historias, leyendas que hablaban de danzas y de hogueras, de la mùsica de los tambores en la noche, de la magia del viento...de las hadas que observan en silencio...
De musas ocultas entre los àrboles, que nos susurran cuentos...
Dejò el paraguas en el suelo, cerrò los ojos , las gotas de lluvia acariciaban su rostro, resbalaban por sus mejillas...era agradable , esbozò una sonrisa.
Empezò a danzar en cìrculos, allì... sola, sin miedo.
Y en ese momento, empezò a soñar su sueño, de los que no se cuentan y son secretos, de los que cuàndo crecemos olvidamos, y dejamos en un cofre con una pequeña llave, y quizà nunca màs volvamos a soñar...
Esos sueños que nunca nos atreverìamos a contar, porque son sòlo para niños pequeños...
Atesorò en su corazòn aquèl momento, en su pequeño jardìn secreto, en dónde escuchò por primera vez los susurros del viento...
Empezò a sentir frìo, estaba empapada y habìa empezado a anochecer...
Sin màs remedio, despertò de aquèl hermoso sueño.
Wings