mayo 02, 2009

El reloj


Bajò poco despuès al salòn, su familia como de costumbre, ya habìa empezado a cenar... sin esperarla, de manera y que como habitualmente, su plato estaba frìo...
Frìo... como el ambiente de toda la casa, aquellos rostros sin expresiòn de cada uno de los habitantes de la casa, los sentìa extraños, totalmente ajenos a ella...
De todos modos, era consciente de que estaba allì por absoluta obligaciòn, no les habìa quedado otra alternativa que acogerla, tras fallecer su madre.
Nunca sintiò el cariño de sus parientes.
Sentada los miraba en silencio, estaba prohibido el dialògo al comer..., nadie pronunciaba jamàs una sola palabra, solamente engullìan con avidez.
Solamente se escuchaba el sonido del reloj, de aquèl viejo reloj de pared...
Era de madera, de un tono rojizo, hacìa unos dias se habìa roto el pequeño cristal que cubrìa las agujas, y eso le daba un toque aùn màs especial, lo hacìa màs viejo, cuàntas historias podrìa contar aquèl reloj, cuàntas conversaciones debìa haber escuchado desde su màs estricto silencio.
Mirò a su abuela de reojo, siempre tenìa el rostro malhumorado, no recordaba haberla visto sonreir nunca...
Ella le devolviò la mirada, no sin cierto desdèn, casi un reproche silente.
Bajò la vista, cogiò de nuevo el tenedor y terminò de cenar, la misma rutina de cada dìa...
Se retirò del salòn con un tìmido buenas noches...
De nuevo en su habitaciòn, empezò a notar con màs fuerza un malestar que la acompañaba desde que habìa llegado a casa, sentìa escalofrìos y un ligero mareo.
Se tumbò sobre la cama sin deshacerla, y empezò a notar un sudor frìo, los escalofrìos iban en aumento y no habìa nadie que la escuchara.
Aunque ella permanecìa quieta, todo daba vueltas a su alrededor, le costaba respirar... y ya no podìa articular ningùn sonido, sintiò que se sumergìa en una espiral centelleante y su respiraciòn se empezò a normalizar.
Empezò a caminar en un sueño, atravesando un pasillo en el que le costaba ver con dificultad su final, no entendìa porque... habìa una densa niebla y otros rostros que le eran desconocidos, y sintiò una cierta inquietud, hasta que la viò a ella, allì estaba esperandola sonriente... y se fundieron en un abrazo...
A la mañana siguiente, permanecìa rìgida sobre la cama, pàlida, frìa...
No despertò, nunca màs lo harìa...


Wings

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